¿Disforia de género? Hablarlo es positivo

Quienes sienten incomodidad o angustia por considerar que su cuerpo no corresponde a su género pueden experimentar una serie de inconvenientes relevantes en distintos órdenes. La disforia de género se correlaciona con problemas significativos en los planos mental, emocional y social.

La comunicación con quienes tienen la cualificación pertinente para entenderles es clave para que pongan en orden sus pensamientos y alivien sus situaciones particulares. Explicamos por qué la conversación puede contribuir a restañar las heridas causadas por estas especiales circunstancias.

Hablar sobre disforia de género siempre es positivo

Comenzamos subrayando que la represión de los sentimientos no es de ayuda a la hora de tratar los estados de ánimo alterados que pueden darse por la experimentación mental de determinados traumas. En este sentido, huelga decir que esta disforia ya no es tratada como un trastorno de la identidad de género.

Esta disforia implica el desarrollo de tristezas, ansiedades, molestias o pesadumbres relacionadas con un género interiorizado que no equivale al correspondiente a los órganos sexuales biológicos. Si bien no se trata de una concepción de las consideradas socialmente como normativas, no se trata de nada de lo que uno deba avergonzarse.

Cada vez hay más profesionales formados para atender, desde el ámbito psicológico, a las personas trans, queers o no binarias. La despatologización del abordaje de las demandas psicológicas de estos perfiles ha avanzado, de forma considerable, en los últimos años. En consecuencia, las terapias incluyen el acompañamiento entre su programación.

Hablar para comprenderse es capital, en especial, en estos contextos. No solo con personas que tengan estas mismas preocupaciones, sino también con las que no las conozcan tan de cerca y se sientan sensibilizadas con su socialización y la resolución de sus problemáticas.

Un servicio de atención telefónica resulta provechoso para tratar la identidad de género

Un servicio telefónico y online, como el que proporcionamos en Hablamos, se revela, cuando de dar apoyo anímico a esta población disfórica se trata, como una herramienta de una gran utilidad. Lo es por el hecho de que contamos con una plantilla capacitada para ejercer la escucha activa en estos medios y brindar el respaldo emocional pertinente ante la confesión de asuntos personales, como los presentados, delicados.

Es, precisamente, en esta clase de supuestos, cuando la atención a distancia supone un valor añadido. Tengamos en cuenta que relatar que el género personal no está en consonancia con la fisonomía de nacimiento puede resultar muy complicado para quienes todavía se encuentran en etapas iniciales o adolescentes de la disforia.

Por lo tanto, contar esta certeza desde la comodidad de la propia casa y sin la necesidad de desplazarse, para estar cara a cara frente al interlocutor, favorece que quien se ha puesto en contacto pueda sentirse menos intimidado y coartado para expresarse. La empatía de quien le atiende hará el resto para que las emociones y soluciones fluyan en la conversación.

La disforia de género es una alteración del estado de ánimo que merece ser tratada desde la máxima consideración. Hablamos posibilita explayarse sobre ella y recibir un feedback online y telefónico comprensivo. Si quieres saber más, ¡visita nuestras redes, conoce nuestros servicios y contacta con nosotros!

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