Hablar para sentirse bien es un recurso realmente útil a la hora de gestionar las propias emociones. Vivimos en un época en la que la salud mental está comenzando a no ser un tema tabú. Se da, por otro lado, la paradoja de que, cuando más tecnologías de la información y comunicación existen, más tienden a aislarse determinados perfiles de riesgo.
En la línea de contribuir a facilitar la expresión de los sentimientos y las relaciones humanas desde un prisma positivo, vamos a profundizar en la liberación emocional que puede suponer participar en espacios en los que se busca que las conversaciones fluyan de una forma empática.
¿Por qué es tan bueno hablar para sentirse mejor?
Desde los orígenes de la filosofía, se tuvo clara la naturaleza relacional del ser humano. Aristóteles afirmó que el hombre era un ser social. Por lo tanto, para desarrollarse con plenitud, una persona requiere mantener relaciones habituales y, en la medida de lo posible, cooperativas con las de su entorno.
La expresión oral, en consecuencia, supone la forma más perfecta de relación de la que nos hemos dotado los humanos. Por consiguiente, hablar con otras personas es un contenido consustancial del modo de vida deseable para cualquier persona.
De hecho, durante la pandemia, los diferentes grados de aislamiento relacionados con el control de la COVID-19 estuvieron correlacionados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el incremento en un 25 % de las depresiones. Una estadística inquietante, ya que nunca hemos tenido más herramientas de comunicación a distancia que ahora.
El acompañamiento telefónico y online nos ayuda
Precisamente, un servicio de acompañamiento telefónico y online de calidad puede evitar cifras de problemas de salud mental como la que hemos comentado al final del anterior apartado. Los medios de comunicación con las personas que están dispuestas a escuchar están cada vez más presentes, pero su aportación pierde fuerza si sus principales beneficiarios, las personas que padecen la soledad, no son conocedores de su existencia. Este artículo pretende paliar este inconveniente.
Hacer uso de una herramienta de reuniones y conversaciones en línea y telefónicas se revela como una terapia de gran utilidad para revertir estados de malestar psicológico o emocional. Mantener una conversación con una persona especializada en escuchar e interesada en departir sobre lo que afecta al otro lado del teléfono tiene un valor catártico.
Tengamos en cuenta que expresar los sentimientos es un primer paso para identificar en qué estado se encuentra una persona. Verbalizar una situación compleja contribuye a aclarar las claves mediante la que abordarla. En este sentido, contar con el apoyo amigable de un interlocutor comprensivo supone una contribución que vale la pena poner en valor.
Estas conversaciones son privadas, lo que favorece que quien contacta se pueda explayar sin sentirse coartado por la vergüenza. Asimismo, pueden realizarse desde la comodidad de casa, una ventaja muy apreciada cuando cuesta hacerse el ánimo de salir del hogar.
En definitiva, hablar para sentirse bien es una conclusión que han extraído, incluso, estudios como uno reciente de la Universidad de Nueva York. Animamos a nuestros lectores a contactar con nosotros para hacer uso de nuestros servicios.